El juez se dirige al condenado:
"Se le acusa de haber ahorcado a su madre; decapitado a su padre; descuartizado a sus hermanos; incinerado a su tía y haber envenenado al gato... ¿Acaso usted no calculó el daño que estaba haciendo?"
"¡No, señoría, yo siempre fui tan malo para las matemáticas!", contesta quejumbroso el delincuente.
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